Contexto

Las ciudades enfrentan desafíos demográficos, medioambientales, naturales, económicos, sociales y espaciales sin precedentes. Se ha producido un cambio enfático hacia la urbanización y se espera que, para 2030, seis de cada diez personas en el mundo vivan en áreas urbanas.

Ante la falta de una planificación urbana efectiva, las consecuencias de la rápida urbanización tendrán un gran impacto. A nivel nacional ya se pueden observar los efectos: falta de viviendas adecuada y crecimiento de los asentamientos humanos irregulares (el 60% de los asentamientos se consideran de origen irregular o tugurios), infraestructura inadecuada y obsoleta (sean carreteras, transporte público, agua, saneamiento o electricidad), aumento de la pobreza y el desempleo, problemas de seguridad y delincuencia, cuestiones de contaminación y salud, así como desastres naturales causados por el ser humano y otras catástrofes relacionadas a los efectos del cambio climático; entre otros fenómenos urbanos.

En este contexto, a nivel estatal la falta de servicios de saneamiento, el hacinamiento constituyen los problemas más generalizados en materia de habitabilidad de las viviendas; problemas que se agravan para las familias que viven en la mayoría de las grandes ciudades en razón de los largos viajes a los centros de empleo y servicios urbanos. La falta de una vivienda digna afecta a millones de familias de bajos ingresos que no pueden pagar el costo de una vivienda mínimamente adecuada.

Mejorar la calidad de la vivienda implica un esfuerzo en colaboración institucional que nos obliga abrir los cauces de participación tanto digitales como presenciales a través de Organizaciones de la Sociedad Civil, de Organismos internacionales, la academia y del sector privado, entre otros; todo en beneficio de la población mexiquense.